El Confidencial Miguel Sola

“La primera vez que la escritora Sara Zaske fue a una zona de juegos en un parque público de Alemania, quedó espantada. Allí vio a cientos de chiquillos correnteando de aquí para allá, subiéndose a lo más alto de los árboles, saltando sin temor a romperse la crisma y, en definitiva, haciendo sus cosas de niños en los columpios, toboganes y balancines.”(more)